sábado, octubre 01, 2011

Lo diría

Si tuviera algo que decir, lo diría.
Hay mucho opinador por ahí, con todo tipo de pelaje. Desde el vociferante apocalíptico al conciliador alejado del mundo. Por eso huelga mi opinión.

Esto pensé, en ese momento

Tengo tantos neutrones encima, que no puedo escribir lo que pienso. Necesito saber alejarme lo suficientemente de mí, como para encontrar la neutralidad entre la realidad y lo que el conocimiento me deja ver.

Mi última chorrez

A veces tengo ganas de escribir algo notable, de enfrentarme a la falsa inocencia del papel en blanco. Tengo el pronto de la rabia en la boca y, de repente, en un instante, sin alarmas de por medio, me vuelvo inane, pequeño, se adueña de mí la sensación de que mi discurso no le importa a nadie, que no me importa ni a mí.
Siempre parto de la idea de que todas mis reflexiones son razonables, meditadas, sesudas, craso error, casi nunca tengo en cuenta las veleidades del mundo y en eso siempre yerro.
A veces creo no estar aquí, que todo es imaginario, es más deseo amargo que creencia.
El mundo y la vida duelen; la realidad es hiriente cada día y apenas si queremos verla. Resulta muy jodido, además, saber que no hay fórmulas mágicas, ni funcionan los arreglos inmediatos, que la cosa se irá formando a medida que se desmorona. Bien mirado, son tiempos apasionantes:
No sé, no sé si volveré a escribir en este blog; me cansa el nombre y me cansa su vinculación con mi pasado, me cansa sentir ajeno lo que escribí antaño; no porque resulte gravoso, más bien porque suena insulso.

Me gusta escribir más largo para poder usar mal el punto y coma (en tweeter está inédito)
Esto no merecería ser posteado (porque está mal escrito) pero como estoy borracho, me lo permito.

lunes, febrero 07, 2011

Se equivocó el Nilómetro



Parece que el bravo mar de la revolución egipcia se ha tomado un respiro a la espera de nuevos acontecimientos. Las espadas siguen en alto y sólo parecen aguardar la llegada de una cabeza visible que aglutine los aparentemente tan diversos como prójimos deseos de libertad.
Tengo confianza en el pueblo egipcio, un pueblo que construyó un imperio al albur de los caprichos del Nilo y que ha demostrado una paciencia cívica que muy pocos esperaban; la práctica totalidad de la violencia vivida hasta ahora provenía de las huestes anejas al poder. Haciendo gala de una apacible concordia y echando de paso por tierra la falaz amenaza del inevitable ascenso integrista. Espoleados por el ejemplo tunecino del hastío y cabreo generado durante décadas de represión, han dado un ejemplo al mundo de que, hoy en día, los pueblos siguen teniendo la potestad de arrebatar el poder a quienes lo deshonran abusando de él.
Siento cierta envidia al saberme miembro de una sociedad aborregada, sometida al exclusivo pastoreo consumista y poco dada a los cambios más allá de la periódica pantomima electoral.
No estoy con ello reclamando barahúndas callejeras, ni desórdenes violentos, pero, admiro el ejemplo del pueblo islandés que hizo caer a un gobierno que les había llevado a la ruina, valiéndose de una algarada al son de pancartas y cacerolas; de lo que, por cierto, apenas hemos oído hablar en nuestra prensa, no sea que cunda el ejemplo.

miércoles, enero 26, 2011

Ley y orden

A fuer de no perder el hilo y aprovechando el tema del momento, voy a divagar sobre la Ley Sinde y otras hierbas. No me perderé en detalles como la "defensa del autor" o  la "libertad en la red", esas minucias las dejo a otros más avezados conocedores del asunto y a los que defienden, cuchillo en boca, sus inalienables derechos y privilegios. Lo que a mí me inquieta y cada vez más, es el acelerado ritmo legislativo que ha emprendido nuestro gobierno con la vergonzante aquiescencia de amplias mayorías en ambas cámaras. Al más puro estilo del burdo politiqueo habitual (el impúdico intercambio de ventajosos y oportunos cromos, digo votos) nos están colando cosas como la Ley Anti-fumadores (la llamo así porque no es contra el tabaco), la Ley Integral de Igualdad de Trato y No Discriminación, un invento con una indudable pestilencia inquisitorial o la futura creación del Consejo Estatal de los Medios Audiovisuales, una mal disimulada "ley mordaza" que nos pone como poco a la altura del amigo Berlusconi. Cada día está mas claro que vivimos en una sociedad de control, no diré policial, aunque algunas cositas que pasan por ahí dan bastante miedo. Por primera vez en la historia de la humanidad, empezamos a tener los medios para hacernos oir como ciudadanos. Si no somos capaces de reaccionar a tiempo puede que lo de Orwell no esté tan lejano. Lamento parecer tan dramático pero así lo veo.

viernes, enero 07, 2011

Fumas o denuncias?

Vaya por delante que soy un fumador que está en pleno proceso de abandono del tabaco, por lo cual podría deducirse que tengo una postura favorable ante la ley, nada más alejado de la realidad. Intentaré explicarme.
Esta ley me parece una despótica intromisión en la vida de los ciudadanos, una intolerable falta de respeto a la capacidad volitiva de los mismos para elegir. Restringen los espacios para fumadores porque no tienen lo que hay que tener para prohibir el tabaco e ilegalizar a 11 millones de fumadores.. En la anterior ley cabía la posibilidad de optar entre espacios para fumadores o sin ellos, a nadie se le obligaba a meterse con los niños en un local saturado de humos.
Es, sin duda, la ley más restrictiva de Europa, volvemos a hacer uso del espíritu quijotesco en su peor vertiente, nosotros más que nadie. En Holanda, país ejemplar en tantas cosas, ya han dado marcha atrás.
No es una irónica cortina de humo del PSOE  para ocultar la crisis, para eso ya no hay trucos. Es ese afán de control paternalista tan propio de la izquierda, una prueba más de la mediocridad reinante en nuestra clase política en particular y en la del mundo en general. Son esos mismos botarates que se han dejado engañar por el sistema financiero, soltándoles una pastizara para que sigan jugando al Monopoly a nuestra costa.
Se hacen tímidos e infructuosos intentos para controlar las emisiones de CO2, NO2 y demás sustancias que respiramos alegremente cada día y que causan más mortandad que el tabaco. El poderoso binomio formado por la industria petrolera y automovilística no está para aguantar este tipo de bromas restrictivas e imponen su propio ritmo desintoxicante; llevamos décadas esperando unos motores "limpios" que no terminan de llegar.
Como remate de tamaño despropósito está la infamante recomendación de la señorita Leire Pajín, irredenta jacobina devenida en guardiana de nuestra salud, de denunciar a los que incumplan la ley. Consejos tan saludables no resultan muy creíbles proviniendo de tan rolliza figura; dicen que los cigarrillos disminuyen el apetito.
El asunto tiene ese regusto amargo a los viejos tiempos de la Stasi pero disfrazado del complaciente "buenismo" reinante.
Y de colofón unas pinceladas para rematar este sinsentido.
INCOHERENCIAS 


Hay quien se empeña en alargar la vida, cuando lo realmente importante es ensancharla. Anónimo.

Han conseguido entontecernos y someter hasta la inacción nuestra natural rebeldía, no debemos permitirlo. !!Remember Esquilache!!

domingo, diciembre 19, 2010

El futuro no es lo que era 1ª Parte

Poquito a poco y sin mucho ruido, vamos dando carpetazo a la primera década del tercer milenio, Dicho así parece ficción cronológica y a la vista de como anda actualmente el patio mundial, se diría que estos años del nuevo siglo sólo  han sido un funesto remedo de la espantosa vigésima centuria, poco ha cambiado.
Superada aquella etapa de recelo provechoso llamada "guerra fría" parecíamos entrar en una nueva era de pacíficas relaciones internacionales que comenzaron a hacerse añicos aquel 11-S de infausto recuerdo. El tradicional enemigo comunista había mutado en una pléyade de falsos exegetas coránicos dispuestos a inmolarse en el corazón del imperio. Occidente se levantó en armas contra una tropa de fanáticos iconoclastas, traficantes de opio que campaban impunemente por Afganistán sometiendo al pueblo con leyes medievales y que se habían convertido en guardianes del cabecilla yihadista Bin Laden.
Aprovechando aquel momento de confusión y ficticio enfrentamiento entre religiones, un grupo de influyentes políticos americanos decidieron de forma ilegal y convenciendo a sus paisanos y a los "buenos amigos" foráneos de ir contra un sátrapa moderno que en Iraq atesoraba demasiado petróleo bajo sus pies. Ganaron los que siempre ganan con estas cosas y perdió, como también suele ser habitual, la población civil de ambos países. La credibilidad en defensa de causas justas quedó gravemente vapuleada.
Y en esto llegó Obama, un soplo de renovado viento de Chicago, un Kennedy negro tan lleno de esperanzas y promesas y tan magros resultados como el irlandés. Otro estrellado contra el sistema.
Tan distraídos estábamos con los cambios que se nos pasaron por alto unas cuantas irregularidades en el sistema financiero mundial. La tentación del dinero fácil propició la previsible tontuna del consumo desenfrenado, hasta que un día los cocineros de este desaguisado se echaron las manos a la cabeza mientras gritaban que ellos no habían sido y que necesitaban mucho más dinero para hacernos a todos menos pobres. El hostiazo ha sido tan morrocotudo, que nos ha hecho plantearnos la viabilidad del proyecto capitalista tan incuestionable hasta el momento. La convalecencia será larga y traumática.
El decenio pone su broche de oro con las filtraciones de Wikileaks, un inesperado torpedo a la línea de flotación de la clase dirigente mundial del que todavía se está haciendo balance e intentando inútilmente controlar los daños. El saber que la clase política internacional está formada por una tropa de fulleros de salón sólo constata la veracidad de nuestras peores sospechas y nos da la excusa perfecta para buscar nuevos gobernantes que nos saquen de la condición de eternos estafados.

lunes, diciembre 13, 2010

Happiness, una breve y triste historia feliz

Esta mañana la prensa nos contaba el nacimiento de un bebé en aguas del Estrecho, la incipiente historia de una naonata que vuelve a recordarnos el desesperado y muchas veces vano intento de tantas mujeres y hombres africanos por mejorar sus vidas. Esta noticia, repleta de irónicos contrastes, tenía la rara esencia de aunar el gozo y desconsuelo, esa desconcertante sensación que nos llega al conjuntar algo tan dispar como la rabia y la ternura. Happiness será su bonito nombre y puede que se le ocurriera a su madre cuando desde la patera avizoraba la cercana costa o sólo puede que una vez más la esperanza de los más débiles nos haga un guiño de hermoso ejemplo de resistencia a la adversidad.

domingo, diciembre 12, 2010

Caballo ganador

Estupor, decepción, dolor, cabreo, habría muchas formas de describir el desmoronamiento de nuestros ídolos y cuando dicha caída se produce por el afán de buscar el éxito a cualquier precio, toda razón se convierte en espurio argumento y la sensación de vacío pudre cualquier esperanza. Se trata de deporte y en este triste caso, el protagonismo lo capitaliza una de nuestras atletas más apreciadas. Marta Domínguez era el epítome del esfuerzo pundonoroso, la deportista capaz de reinventarse a sí misma y acometer nuevas empresas en las más exigentes disciplinas; quizás sea pronto para emitir condenas, pero, la cosa pinta realmente mal y la consecuencia es que vuelve a ponerse en entredicho la vigencia de algo tan devaluado como la confianza.
El uso del dopaje es tan viejo como el propio deporte, ya en la antigua Grecia los atletas tomaban hidromiel mezclada con vino para aumentar su rendimiento. Siempre han habido tramposos y el profesionalismo del deporte no ha contribuído a eliminarlos, muy al contrario, es ahora cuando aparece más gente capaz de vender su alma por un ratito de gloria. Lamentable pero cierto.